En este nuevo capítulo de nuestra relación es imposible voy a hablar de una de mis mayores decepciones en mi vida de videojugador. Dragon Ball Z Ultimate Tenkaichi tenia pinta de ser un gran juego de DB, tiene modo historia con escenas de anime redibujadas, tiene quick time events en algunos momentos, tiene luchas contra grandes final bosses, y tiene un apartado gráfico que, sin ser el mejor cell shading que he visto, luce muy bien y es agradable de ver. El problema llegó con el supuesto innovador sistema de lucha...
Yo soy un gran fanático de DB y tengo casi todos sus juegos (desde el viejo Ultimate Battle 22 no me he perdido ninguno de los que salieron en las consolas de sobremesa) y suelo ser bastante conformista y poco exigente, mientras tenga unos buenos gráficos y unos combates ágiles y espectaculares amparados por un buen modo historia todo irá bien.
Hay que decir que los anteriores juegos han cumplido en los dos primeros apartados, mientras que el buen modo historia se ha quedado por el camino en la mayoría de títulos basados en la serie. DB Budokai Tenkaichi 3 tiene unos gráficos de lujo, un sistema de combate divertido como pocos, pero su modo historia da pena, porque eso de ver a los dos combatientes firmes, hablando uno enfrente del otro para pasar a pelear y luego cuando la maquina te lo indica, pulsar el botón correspondiente para cambiar de luchador o transformarte... no es muy ameno cuando llevas un buen rato jugando al modo historia. De hecho solo he jugado al modo historia para desbloquear los personajes, luego a disfrutarlos en el modo batalla u online si se tiene la versión de Wii.
Pero por lo que se vió en los trailers de Ultimate Tenkaichi, éste iba a tener un modo historia impresionante, como dije antes, con escenas de anime y combates contra bosses gigantes, pero el sistema de combate trató de innovar y eso me daba mido porque parecía todo muy automático y lleno de escenas que interrumpían el combate. Aunque nada logró destruir mis ansias por el juego cuando salió a la venta así que fui a comprarlo hecho un matojo de nervios. Quería probarlo de inmediato. Al llegar a casa y ponerlo en la consola lo primero que hice fue derramar lágrimas por el glorioso opening que saltaba antes de empezar a jugar. A día de hoy lo habré visto varias decenas de veces y aun no me canso. Es alucinante.
Después de eso (y de leerme de cabo a rabo el manual porque lo creí necesario para informarme del sistema de lucha) entré en el modo práctica, ya que no me atrevía a entrarle al juego directamente contra la CPU.
Me encontré con unos personajes muy bien modelados y eso no hizo más que aumentar mis ganas de jugar.
El sistema de combate se basa en suerte, pura y dura suerte. Cuando uno de los dos personajes empieza un combo, la acción se para y debes elegir entre dos botones. Pero no se trata de pulsarlo antes que el adversario como pone erróneamente en la mayoría de revistas, sino de pulsar el mismo que él. Así, si no tenemos la suerte de adivinarlo, nos comeremos el combo entero sin poder hacer nada.
Luego, la energía se mide en una barra que cargaremos como ya es habitual pero esta barra no sirve para lanzar ataques especiales sino para devolverlos. La barra de ataques especiales se llena a medida que atacamos con el botón adecuado (con uno bajamos la barra de energía de nuestro rival y con el otro, llenamos la nuestra). Así que si nos lanzan un ataque especial y no hemos cargado energía, también nos lo comeremos sin poder hacer nada. Hay dos posiciones, cerca y lejos. De cerca lucharemos cuerpo a cuerpo mientras que de lejos solo podremos disparar bolas de energía, y si nuestro oponente nos lanza una ráfaga, con solo recibir una, nos comeremos el resto, y si eso sucede, el enemigo se transportará automáticamente delante nuestro y otra vez a elegir un botón.
Esto se traduce en: Empezamos el combate, combo inicial, fallamos al adivinar el botón, nos comemos el combo entero, al acabar y caer al suelo, nuestro rival continúa su ataque con una ráfaga que no podemos esquivar porque estamos levantándonos así que aparece delante nuestro, volvemos a fallar el botón, así que otro combo que nos entra, para luego volver a las ráfagas o lanzar un ataque especial que nos comemos sí o sí, ya que desde que empezó el combate no hemos podido controlar a nuestro personaje. Claro que todo cambia si se acierta el botón en algún momento, pero por lo general, si la CPU no quiere que ganemos, no acertaremos el botón en todo el combate, y ya solo queda dejar el mando en la mesa y mirar como somos apalizados por un adversario que no para de repetir el mismo patrón de adivinar botón, ráfagas, ataque especial...
Y así es el juego... porque si somos nosotros los que llevamos la batuta del combate y le damos una paliza al rival, el desarrollo es el mismo solo que pegando nosotros... En realidad es un juego bastante estratégico y puede ser divertido si la CPU no se pone cazurra... porque si eso pasaba en Tenkaichi 3, siempre se podía aprender a bloquear, a desaparecer, a contraatacar... Aquí no se puede si no has cargado la barra a tiempo, y eso es difícil cuando empieza el combate y el enemigo se avalanza contra ti sin dejarte respirar...
Me divertí jugando mientras duró la saga de Vegeta, porque es la más corta y hay varias escenas que amenizan el desarrollo, además del combate contra el gran mono Vegeta con quick time events, pero luego empezó a volverse injusto y repetitivo.
De vez en cuando le echo alguna partida pero a los dos combates que tengo que dejar el mando sobre la mesa y mirar pacientemente como me dan palizas sin que pueda evitarlo porque las reglas del juego son así... la verdad no me quedan muchas ganas de volver a jugar, por mucho que tenga unos gráficos bonitos, un opening legendario y un modo historia bastante bueno... Al final nos damos cuenta de que lo importante en un juego es la jugabilidad. Sin ella, un juego se desmorona... Y me sabe fatal porque no quiero tener que venderlo porque me gusta todo menos el desarrollo de los combates, pero el juego es frustrante y eso no lo puedo perdonar por mucho que sea Dragon Ball.
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