domingo, 14 de julio de 2013

The Last of Us


Naughty Dog no es una desarolladora novata ni mucho menos. Quién más quién menos ya habrá jugado a alguno de sus juegos. Desde la época de la vieja PsOne ya nos deleitaban con uno de los mejores plataformas que ha pasado por nuestros mandos. Estoy hablando de Crash Bandicoot y si alguien aun no lo conoce, sinceramente creo que debería. Más adelante, con la llegada de PS2 y lejos de acomodarse en su exitosa saga, la terminó y se sacó de la chistera otra magistral saga a caballo entre las plataformas y la aventura: Jack and Daxter, y consiguió igual o más éxito que la saga del marsupial naranja. Lo mismo pasó con la nueva consola de Sony, la PS3. Nathan Drake nos demostró con Uncharted que Naughty Dog es capaz de adaptarse a cualquier territorio y salir airosa y con éxito.


Después de esta pequeña clase de historia, Naughty Dog decidió romper con su costumbre de crear una saga por consola y nos ha regalado una nueva experiencia. Y, una vez más, lejos de acomodarse y seguir con la saga Uncharted que tan bien ha funcionado, la exitosa compañía ha decidido demostrarnos que en el manido mundo post-apocalíptico con zombis no está todo escrito. Y es en este punto dónde entran Joel y Ellie. La pareja es sin duda el eje principal de la aventura y es con ellos dos dónde encontraremos el mayor atractivo del juego. La historia del juego es la típica dentro del mundo de los mundos de zombis, los protagonistas deben sobrevivir a las adversidades del mundo corrompido así que no encontraremos grandes sorpresas a lo largo del juego, pero como ya he dicho, la relación que se va formando entre los dos protagonistas es sin duda lo más interesante que veremos durante el desarrollo.

sábado, 6 de julio de 2013

Tom Clancy's Splinter Cell


Hasta hoy han habido muchos juegos de espionaje e infiltración, pero como todo el mundo sabe solo hay uno que se ha erigido como el rey indiscutible de este género. Estoy hablando de la saga Metal Gear Solid, la cual se ha ganado por derecho propio ostentar dicho título. Pero con el tiempo llegó un nuevo juego, uno que venía para reclamar su trozo del pastel, uno que demostraría que no todo estaba dicho en el género, uno que venía para quedarse. Splinter Cell nos demostró que no era necesario en absoluto copiar las bases que con tanto acierto había sentado Snake para tener éxito como juego de infiltración. Con su propio estilo, fresco y dinámico, y sus gráficos, espectaculares como pocos y con un uso de la iluminación y las sombras nunca antes visto, logró encandilar a todo el mundo que lo probó pensando que aquello no era más que un pobre intento de copiar a Metal Gear.



No por ser del mismo género tienen que ser iguales, y eso es algo que nos quedó claro tras la primera partida. Splinter Cell nos obligaba a buscar una manera inteligente y realista de pasar por los escenarios y por lo general, buscar el combate abierto era una mala idea. Sam Fisher, el protagonista, es humano y por lo tanto no puede cargar con un arsenal de armas y también caerá con recibir unos pocos disparos. Y esa es la clave del juego, pensar detenidamente cómo afrontar cada situación, fijarse en cada detalle del escenario para comprobar si disparando a aquella bombilla conseguiremos un trozo de sombra que será clave para aturdir por la espalda a un soldado cercano. O quizá sea mejor trepar por una tubería que a priori parecía un elemento decorativo y luego seguir por la cornisa para dejarnos caer sobre la cabeza del descuidado guardia. Y por supuesto siempre nos quedará la opción de utilizar objetos como botellas para lanzarlas y distraer a los guardias para pasar sin nisiquiera tocarlos.