Todo fan de la grandiosa obra literaria de Tolkien que, además, sea mínimamente aficionado a los videojuegos, habrá oído hablar sobre éste título. Sombras de Mordor llega para explicarnos una pequeña historia sobre un montaraz que vivía tranquilamente con su familia, hasta que las huestes de la Puerta Negra aterrizan en su hogar para quitarlo todo cuanto ama. Su esposa, su hijo y su propia vida le son arrebatados. Pero el destino le guarda a Tallion un cometido que va más allá de este mundo y, para ello, le otorgará una segunda oportunidad.
Cuando Tallion despierta al lado de Celebrinbor, un espectro que se halla perdido y sin recuerdos, será tarea de ambos aliarse para encontrar respuestas para uno y venganza para otro. A medida que avancemos nuestro compañero espiritual irá recobrando sus recuerdos y nos irá proporcionando información sobre su pasado sobre su relación con Sauron y los anillos de poder.
Cabe decir que esta premisa es, sin duda, sugerente para cualquier aficionado a la historia de la Tierra Media, pero el juego se va desinflando según jugamos y la historia parece perder importancia cuanto más nos acercamos al final.
El concepto jugable acribilla sin miramientos la fórmula de Assassin's Creed, invitándonos a recorrer un mapa repleto de misiones principales y secundarias, y otras tareas simples como liberar esclavo o entrenar nuestras habilidades con arco, espada y daga para reforjarlas y obtener armas más bonitas y con mejores habilidades. Para encontrar dichas misiones tenemos que escalar una atalaya y activarla desde el punto más alto para, acto seguido, lanzarnos en pose de cruz hasta el suelo. Los desarrolladores se han abstenido de poner el carrito de paja para que no sea demasiado flagrante, aunque lo es con o sin carrito.
En cuanto al sistema de combate, más de lo mismo, pero el juego se ha tomado la libertad de tomar también prestado algún que otro elemento de Batman Arkham, como los botones sobre las cabezas de los enemigos cuando van a atacar, para indicarnos que podemos realizar un contraataque.
Los enemigos nos rodearán y nos pondrán las cosas muy difíciles para salir airosos de la contienda, y aún con nuestro gran repertorio de habilidades, que serán unas cuantas, tendremos muchas posibilidades de morir.
Y aquí entra el aspecto del juego que más brilla. El sistema Némesis. Mediante una red de subordinados, capitanes y caudillos huruks, podremos interrogar a cualquiera que caiga en nuestras manos para saber cuales son las debilidades y puntos fuertes de nuestros objetivos, cual es su ubicación y sobre quién tienen poder.
Así, podemos controlar a un capitán para que se enfrente a uno de sus aliados y, luego, interferir en la batalla. Las posibilidades son muy extensas, desde envenenar la bebida de un campamento, hasta lanzar un trozo de carne para que acudan bestias salvajes, tirar avisperos, controlar un puñado de huruks para que luchen a nuestro lado...
Hay que admitir que todo el esfuerzo del equipo se ha volcado aquí y se nota. Las cosas pueden llegar a ponerse muy mal cuando estamos tratando de matar a un caudillo y acuden a la batalla otros dos o tres capitanes que saben que estamos ahí y que vienen para rematarnos, puesto que ya hemos huido de ellos en otra ocasión, y será muy divertido oírles refunfuñar cosas como "te pareces a uno que maté antes, espera, eres tú!!". Realmente se hace muy inmersivo e invita a explorar las opciones que alberga.
El apartado gráfico tiene aspectos agridulces, por un lado los modelados de los personajes no están a la atura de lo que ofrece la next gen, pero sí que tienen una gran expresividad corporal y transmiten muy bien cuando gesticulan. En general el juego se siente como uno de la generación PS3/360 hiper-vitaminado y la verdad es que impresiona ver un número exagerado de huruks en pantalla en un mapa que llega hasta dónde alcanza la vista y ni rastro de ralentizaciones o tiempos de carga.
Y un sabor agridulce es lo que el juego transmite en general, al menos en mi modesta opinión, pues es un producto de calidad, pero no es de extrañar cuando se ha inspirado tantísimo en otro juego que ya tenía su fórmula bien instaurada.
Así que, sabiendo lo que te vas a encontrar, depende de ti arriesgarte con un juego que apenas inventa nada, aparte del sistema Némesis, que tampoco es la gran cosa una vez has profundizado en él.
Sombras de Mordor es un buen juego que te dará más de 30 horas si te empeñas en completarlo al 100% y sin duda te divertirá, pero es un clon, y eso le quita enteros.
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